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Análisis – The Legend of Zelda: Breath of the Wild

Título: The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Género: Aventura/Mundo abierto. Plataformas: Nintendo Wii-U y Switch. Fecha de salida: 3 de marzo de 2017.

Link despierta tras un sueño de 100 años sin recordar nada y encuentra la piedra Sheikah. Al cogerla, una decena de torres surgen de las entrañas de la tierra por todo Hyrule. Al escalarlas y usar la piedra, Link descubrirá que desvelan una nueva porción del mapa.

Pero la piedra sirve para mucho más, desde utilizar los poderes (imán, paralizar, congelar…) hasta sacar fotografías para la enciclopedia hyliana o utilizar amiibos de Zelda.

Con la ayuda de un leñador, Link da los primeros pasos en este nuevo mundo. Cuando este personaje revela su verdadera identidad, comienza a descubrir la verdad de lo que sucede a su alrededor y el propósito de su misión.

Así descubre que Ganon logró vencer hace un siglo pero fue encerrado en el castillo de Hyrule por la princesa Zelda. Su majestad sigue reteniendolo allí cien años después, pero su poder va menguando poco a poco y muy pronto el mal invadirá Hyrule.

Un exuberante mundo se abre ante nuestro protagonista que puede explorar de principio a fin. Completando los santuarios ganaremos pruebas de valor, que la diosa usará para aumentar nuestra  salud o resistencia. Tendremos que visitar las aldeas más importantes y ayudar a los Zora o los Gerudo, conquistando las maquinas ancestrales y haciendo aliados mientras nos hacemos mas fuertes para luchar contra los peligros que nos aguardan.

Gráficos:

The Legend of Zelda: Breath of the Wild ofrece un acabado visual de dibujo animado que nos regala estampas de una gran belleza. Desde las praderas a las montañas nevadas, pasando por la espesa jungla hasta el ardiente desierto o el espectacular volcán.

Los tiempos de carga son escasos y solo hacen acto de presencia al teletransportarnos. Todo se mueve de manera fluida y el juego nos permite realizar toda clase de acciones sin ralentizarse. Desde talar arboles para recoger madera hasta lanzar una flecha de fuego y ver como arde la hierba.

Los efectos de luz en un juego con su propio ciclo de día y noche son de vital importancia y el juego sabe dejar asombrado. La climatología cambia (llueve, nieva…) y afecta a todas las criaturas (caen rayos). La niebla nos ciega y el frio nos puede dejar helados.

La flora y fauna de este mundo abierto es impresionante y su diseño nos dejará boquiabiertos en más de una ocasión. La dirección artística del título es sencillamente sobresaliente y es algo que se nota desde el principio. El diseño de enemigos, la variedad de armas o las distintas razas de habitantes, son solo unos pocos ejemplos de ello. Las físicas de objetos o personajes y las animaciones, se muestran muy naturales.

Sin embargo, no todo son luces y es que hay algunas sombras que empañan un poco el resultado final. Cuando usamos la paravela el popping es alarmante. Los enemigos, arboles o casas aparecen de la nada y el efecto continua al pisar tierra firme.

Sonido:

Por primera vez en la historia de la franquicia, The Legend of Zelda: Breath of the Wild llega a nuestro país con textos y voces en castellano. Los diálogos hablados son algo escasos, pero muy profesionales y ayudan mucho a la narración.

Por desgracia, Link no pronunciará una sola palabra durante toda la aventura. Sabemos que siempre ha sido así, pero manejar a un personaje que no habla le quita cierta gracia.

Los efectos de sonido están muy cuidados, con algunos extraídos de otras entregas, pero  es la banda sonora la guinda de este apartado.

Las melodías de Hajime Wakai, Manaka Kataoka y Yasuaki Iwata impregnan toda la obra y logran dar un aire épico a la aventura, aumentar la tensión o resaltar los momentos mas emotivos.

Controles:

Manejar al protagonista será sencillo, aunque se echan en falta muchos atajos para sacar, cambiar o descartar armas y poderes. Link puede andar, agacharse, correr, luchar, nadar y escalar cualquier superficie (aunque si llueve se resbalará) así como pescar, cazar o cocinar.

Para realizar cualquier actividad habrá que estar muy atentos al medidor de resistencia ya que si Link se agota, se ahogará o  dejará de escalar, cayendo al vacío. Por desgracia, resulta molesto, tedioso y hasta ridículo que el personaje se canse tan rápido. Ahora las armas se rompen con el uso, lo que nos obliga a combatir y explorar para encontrar nuevas.

La cocina es uno de los grandes aciertos del juego y es un placer recoger ingredientes y echarlos al fuego. La variedad de platos es enorme y también sus efectos. Pueden rellenar corazones, aumentar la defensa o ayudarnos a pasar por zonas muy frías o muy calientes.

Se echan en falta más tutoriales para aprender lo más básico durante los primeros minutos de juego y es que The Legend of Zelda: Breath of the Wild da tanta libertad que resulta muy fácil sentirse abrumado, sobre todo al principio.

Según vayamos progresando durante la aventura iremos adquiriendo nuevas habilidades y armas. Con la paravela podemos planear, el barco nos permitirá cruzar el ancho mar y montar a caballo nos ahorrará mucho tiempo aunque lo mas rápido será teletransportarse.

Diversión y Duración:

The Legend of Zelda: Breath of the Wild ofrece tanta libertad que es posible enfrentarse al jefe final nada más arrancar el juego. Por supuesto sería un suicidio, pero esa idea nos da una visión  perfecta de ese mundo y de las posibilidades que alberga.

La historia principal puede completarse en unas 40 horas, pero la  duración se multiplica si queremos hacerlo todo. Completar todas las misiones secundarias, encontrar las 900 semillas Kolog, resolver los 120 santuarios y descubrir todos sus secretos nos llevará más de 100 horas.

El juego está plagado de pequeños detalles que dan vida al mundo que nos rodea. Podemos comprar una casa, cazar y cocinar toda clase de animales, preparar elixires, adquirir y mejorar atuendos, bajar una ladera sobre nuestro escudo,

En el lado negativo encontramos los combates y su exagerada dificultad. El juego ha sido hecho con la exploración en mente y los  combates arruinan  la diversión. La I.A es deficiente y casi cualquier enemigo puede matarnos de un solo golpe y eso genera gran frustración, a pesar de que el juego guarda los progresos automáticamente y muy a menudo.

Sin embargo, nada de eso implica que no estemos ante un gran título, muy divertido.

Veredicto:

The Legend of Zelda: Breath of the Wild es el mejor juego del  catálogo de Wii-U y la primera joya de Switch.

Lo Mejor:

+  La libertad y posibilidades de exploración.

+ Los santuarios. Su sentido del humor.

+ Traducido y doblado al castellano.

+ El diseño de escenarios, enemigos y armas.

Lo Peor:

– Algunos defectos gráficos, sobre todo al usar la paravela.

– Link sigue sin pronunciar palabra. Faltan atajos en el control y mas tutoriales.

– Los combates y la IA de los enemigos.

81 comentarios en «Análisis – The Legend of Zelda: Breath of the Wild»

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