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Análisis – Wonder Boy: The Dragon’s Trap

Título: Wonder Boy: The Dragon’s Trap. Género: Aventura. Plataformas: PS4, Xbox One, PC y Nintendo Switch. Fecha de salida: 18 de abril de 2017.

El estudio francés Lizardcube es el responsable de Wonder Boy: The Dragon’s Trap, un tributo en alta definición del juego que SEGA y Westone firmaron en 1989 para la Master System II.

La acción arranca tras el final de la anterior entrega, con el héroe o heroína (podemos elegir el sexo del protagonista) atravesando un castillo para acabar con el poderoso Mekadragón.

Por desgracia, tras completar la misión seremos convertidos en un lagarto y tendremos que atravesar Monster Land para hallar una cura. De este modo, con cada nuevo dragón derrotado, obtendremos una nueva transformación que nos permitirá  acceder a nuevas localizaciones. Y finalmente, recuperar nuestra forma humana.

Nos encontramos ante una maravilla visual y sonora. Y es que Wonder Boy: The Dragon’s Trap hace gala de un sistema que nos permite alternar entre el acabado visual renovado y el original, así como cambiar en cualquier momento entre la banda sonora de 8-Bits y la que se ha grabado para la ocasión.

Gráficos:

Wonder Boy: The Dragon’s Trap es uno de esos juegos que entra por los ojos desde el primer momento. Goza de una gran variedad de entornos que parecen dibujados a mano, con animaciones muy cuidadas y un diseño de criaturas fantástico. El sentido del humor del juego está presente en personajes como la exuberante enfermera o el cerdo de la tienda.

La posibilidad de cambiar entre el apartado técnico renovado y el original en un segundo siempre sorprenderá al jugador. El contraste es impresionante y uno descubre todo el trabajo que hay detrás de este homenaje. Y lo mejor de todo es que los tiempos de carga no existen. No hay ralentizaciones ni hemos sufrido errores o bugs de ningún tipo.

Sonido:

Wonder Boy: The Dragon’s Trap no incluye voces pero cuenta con textos en español (con una fuente enorme y muy clara). Los efectos de sonido son notables, pero es su banda sonora lo que nos ha entusiasmado. Ofrece melodías muy alegres y divertidas. Además, poder cambiar entre la música original y la nueva, es todo un lujo.

Controles:

Durante nuestra aventura, podemos correr, saltar, nadar, golpear a los enemigos y abrir cofres o puertas. Haciendo pausa, tenemos acceso a una pantalla de controles que muestra todas las posibilidades con las animaciones del personaje. Con detalles así, se demuestra que se ha puesto mucho cariño en el juego.

Las pociones azules, de las que podemos llevar un máximo de tres, nos devolverán a la vida automáticamente si nos matan. También podemos usar ataques mágicos como un torbellino, un rayo o una bola de fuego (podemos llevar 99 de cada) que serán muy útiles para abrirnos camino.

Con cada transformación adquirimos nuevas habilidades. El hombre lagarto puede escupir fuego, el hombre ratón escala paredes y techos, el hombre piraña puede respirar bajo el agua y ascender nadando. Por otro lado, el hombre león es diestro con la espada y el hombre halcón, puede batir sus alas y volar, bien para evitar a los enemigos o para bien descubrir nuevas zonas o revelar secretos.

Al matar enemigos recogemos monedas con las que adquirir nuevas armaduras, escudos y espadas. Algunos objetos especiales como el anillo trueno, nos dejará romper bloques de piedra. Al   obtener el sable mágico, podremos crear bloques mientras que las piedras talismán, nos permitirán comprar artículos especiales en las tiendas.

El único inconveniente en este apartado es el efecto rebote que provocan los enemigos al tocarnos y es que nos deja vendidos, sin poder movernos durante un breve instante. El control es el mismo en las dos versiones y es que se ha respetado al máximo  la obra original.

Diversión y Duración:

Terminar la historia de Wonder Boy: The Dragon’s Trap nos ha llevado 6 horas. Sin embargo, si queremos completarlo al 100%, nos harán falta unas cuantas horas mas. Hay puertas invisibles muy bien escondidas, así como tiendas y niveles secretos. Al derrotar al jefe final, podremos seguir explorando el mapa.

La gran virtud de Wonder Boy: The Dragon’s Trap es que resulta divertido desde el primer minuto. La jugabilidad cambia con cada transformación y nos ofrece la posibilidad de enfrentarnos al mundo que nos rodea de distinta manera, sorteando con facilidad obstáculos que antes parecían insalvables.

Al ofrecer una aventura «de mundo abierto» sin limites claros, no existe una guía o un mapa que nos aclare que hacer a continuación. Las nuevas habilidades de cada transformación abren la vía para seguir avanzando, pero a veces no resulta fácil saber a donde dirigirse.

Finalmente, uno de los extras que más se agradece es la galería de arte, con ilustraciones que vamos desbloqueando automáticamente según progresamos en la aventura. Esta nueva versión incluye tres modos de dificultad para ofrecer la experiencia que cada jugador prefiera.

Veredicto:

Wonder Boy: The Dragon’s Trap es una excelente aventura y una oportunidad de oro para conocer el clásico de 1989. Muy recomendable.

Lo Mejor:

+ Su nuevo diseño artístico y la variedad de enemigos.

+ Cada transformación ofrece nuevas posibilidades.

+ Alternar entre el juego nuevo y el original.

+ Su sentido del humor. Muchos secretos por descubrir.

+ La versión de Switch permite jugar en modo normal y portátil.

Lo Peor:

– El efecto rebote. La dificultad de algunos niveles.

– Poca variedad de logros/trofeos. Algo caro (19.99€) para ser exclusivamente digital.

97 comentarios en «Análisis – Wonder Boy: The Dragon’s Trap»

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